En estos últimos meses he tenido la suerte de conocer a un monstruo muy peculiar. Es muy grande, su cuerpo es de goma y se adapta a cualquier forma, tiene ojos morados y grandes. Todos sus sentidos están muy alertas. Irradia un color distinto en cada uno de ellos. Este monstruo aparece en cada uno de nosotros. Todos lo tenemos. En ocasiones es muy positivo y en otras suele ser muy negativo.

El que yo conocí se llama ‘Timo’.
Timo es amable y cariñoso. Vive dentro de un niño. A veces se enfada mucho y pega a las cosas o a los demás, su tolerancia a la frustración es poca y suele decirse a sí mismo comentarios muy negativos. Cuando se siente así, Timo cambia completamente de color y forma. Se vuelve más oscuro y rígido. Confronta las órdenes o propuestas de los demás. No cree en sí mismo, ni en que puede lograr lo que se propone. Actúa como si fuera él mejor pero no se siente el mejor. En ocasiones agrede a los demás para sentirse más valiente.

Por suerte Timo es flexible y puede cambiar dependiendo del día y de la situación. Hay días que se quiere más y otros días que no tanto. Influye en los sentimientos, pensamientos y acciones del niño. Es una parte esencial de él.

Lo acompaña a todos lados. Va con él al cole, a jugar futbol, al parque. Se ríe y llora, grita y baila, disfruta y se aburre. Son como uña y carne. Timo es una parte de cada niño.

Cómo te habrás dado cuenta, Timo es la AUTOESTIMA.
La mayoría de los niños que están viniendo a sesión o han venido, han presentado muchas dificultades con Timo. Timo suele aparecer siendo muy negativo, depresivo, autocrítico, con mucha frustración y poco valor.

Suele tu hijo utilizar las frases como: “no puedo”, “ no me sale”, “esta muy difícil”, “¿te gusta como esta quedando?”…

Lo más seguro es que su ‘Timo’ este en la parte negativa y oscura de su ser. Su autoestima puede estar bajita.

La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser. Nos hace sentirnos orgullosos y seguros de nosotros mismos. Configura nuestra personalidad. Los rasgos corporales, las experiencias, las emociones, los pensamientos y la espiritualidad crean y modifican nuestra autoestima. Desde la infancia, alrededor de los 5 años comenzamos a crearla. Por eso es importante que desde pequeños elogies a tus hijos, les pongas límites, compartas tus sentimientos, no los valores por sus acciones y sobretodo que aceptes sus errores.

La autoestima influye en cómo nos percibimos, si nos sentimos capaces y si nos valoramos. Una niña durante las sesiones duda mucho de ella, sus reacciones son contrarias a lo que esperaríamos. Da muchas órdenes, el sentirse en control ayuda a que los niños se sientan más fuertes. Es como una máscara que le ponen a cómo se sienten. En ocasiones da golpes, cuando la frustración es muy alta y no sabe cómo reaccionar suele hacerlo a través de patadas o golpes con las manos. Es importante ayudarle a desviar ese enfado de una manera en la que no se lastime o lastime a los demás.

¿Qué puedes hacer para ayudarle?

Te comparto las 3 técnicas para mejorar la autoestima de tu hijo

Déjale fracasar.
No lo juzgues por sus fracasos, motívalo a que lo siga intentando. Si ella siente que su valor como persona depende de lo que hace bien o mal, se presionará a ser la mejor. Cuando fracase sentirá que no vale.

Quiérele por quién es.
Esto es lo más fácil de hacer, pero también lo más difícil. Todos los padres quieren a sus hijos por quién son, lo difícil es demostrarles que el amor que sienten por ellos es por su esencia y no por sus conductas. Muchas veces las expectativas que ponemos en los hijos son tan altas que ellos intentan cumplirlas y al no lograrlo les provoca un sentimiento de fracaso y que no valen.

Motívale a que siga intentándolo.
Cree en ella y demuéstrale que sabes que lo puede lograr. No se lo hagas, eso no ayudará. Con tu paciencia y seguridad logrará hacer lo que se proponga. Ya que no sentirá el miedo al fracaso y a sentirse menos.

Pon en práctica estas tres técnicas y comenzarás a notar cambios en tu hijo. Lo más sencillo a veces es lo más complicado. Utiliza muchas palabras de aliento y amor. El cariño calienta el corazón y provoca una sensación de estar protegido. Las puedes intentar también contigo mismo. Que a veces nosotros somos los críticos más duros hacia nosotros mismos.